lunes, 10 de agosto de 2009

Deseos.

Aquella noche de verano Airam iba a salir con unos amigos.
Alcohol, música, baile, risas...¿qué podría hacer que esa noche no fuese perfecta?

A las 00.15 Airam y su pandilla llegaron a una calle llena de discotecas, la cual solían frecuentar cuando salían. Entraron en un pub para tomar la primera copa,
ahí estaba ella tras la barra, como todas las noches, espléndida, radiante.
"¿Quién no se fijaría en ella?" pensaba Airam cada vez que la veía.
Belinda es una chica de 26 años, morena, alta, delgada, con unos ojos que podrían mover el cielo y la tierra y una sonrisa capaz de hipnotizar a cualquiera.

Airam llevaba 2 años locamente enamorado de Belinda, pero nunca tuvo el valor de confesarlo, sobre todo porque sabía que ella vivía felizmente enamorada con su marido desde hacía 3 años.

Cada noche que Airam y sus amigos decidían salir, el chico no podía evitar pasar por el pub de Belinda, aunque sabía que jamás podría tenerla consigo, se conformaba con poder contemplar su belleza y escuchar su tierna y dulce voz noche tras noche.

Una vez, Airam estaba acostado en su cuarto y, de pronto, pensó en Belinda y sintió que llevaba dos años viviendo para alguien que lo veía sólo como un cliente frecuente de su discoteca.
"Como envidio a esa chica, tan feliz, tan enamorada, viviendo con alguien que la admira y le dedica la vida. Ojalá algún día se enamorase de mí" pensó Airam.

Un día Airam iba paseando por una calle de Sevilla y una mujer vestida de una manera muy extraña y con una rama de romero en la mano se le acercó y le miró a los ojos, después de un rato de incertidumbre, la mujer dijo "Hijo, ten cuidado con lo que deseas, pues se puede cumplir"

Entonces Airam, sin saber por qué, se decidió, iba a decirle a Belinda todo lo que sentía hacia ella. Pero esa noche no estaba en el pub, ni la siguiente, ni la otra...
Pasaron dos meses, Airam fue al pub y encontró al dueño sirviendo en la barra, al preguntarle Airam por la chica de la que ni siquiera conocía el nombre, el dueño del pub rompió en pedazos el corazón de Airam con cada palabra que pronunciaba.
-La chica de la que hablas debe ser Belinda, desgraciadamente se ha ido muy lejos y no volverá [...]se rumorea que su marido la maltrataba desde que se casaron, y por lo que se dice en el pueblo, Belinda le confesó a su marido que estaba enamorada de otro chico que, sin hablarle, sin tocarle, simplemente con mirarle, la hacía sentir feliz. Al parecer el marido montó en cólera y la tiro por la escalera; desgraciadamente, Belinda perdió la vida, su marido está desaparecido...-

Airam sintió que el mundo se encogía hasta ahogarle, su vida ya no tendría sentido,
jamás podría volver a intentar conquistar a Belinda, jamás sabría si tenía alguna oportunidad....

De camino a casa, Airam se cruzó con un hombre que, despues de comparar el rostro de Airam varias veces con lo que parecía una foto, le paró y le dijo:
-¡Eh, tú! Tú debes de ser Airam, ¿verdad?-
-Sí Señor- inmediatamente después, al ver la cara de ira que había adoptado el señor desconocido, Airam se arrepintió totalmente de haber respondido a la pregunta
-Así que tú eres el hijo de puta que quería quitarme a mi mujer...-
-Perdone, creo que se equivoca- Pero Airam era demasiado iluso como para no pensar que él era el chico del que Belinda se había enamorado y por el que decidió dejar a su marido.
-No, no me equivoco [...] Así que la zorra de mi mujer pretendía dejarme por un niñato de tres al cuarto, ya decía yo que en ese pub sólo podían trabajar putas...-
-Eres un puto asesino sin sentimientos, llevaba dos años queriendo reunir el valor suficiente para declarar mi amor por Belinda, y tú que la tenías, no fuiste capaz de valorarla,yo le hubiese dado la vida que merecía, siempre la voy a amar, ¡eres un hijo de puta!-
Arrepentimiento inmediato.
Demasiado tarde.

Dos segundos después Airam estaba tirado en el suelo sin poder moverse debido a la paliza recibida.

-Ahora yo, me iré a disfrutar mi vida de soltero, mientras, retuercete de dolor, y no hablo de la paliza que te he dado, al fin y al cabo ese dolor terminará esfumándose, hablo del dolor de tu alma, del dolor de saber que la mujer por la que despertabas cada mañana con una sonrisa nunca va a poder ser tuya, y lo mejor de todo es que a ella le hubiese encantado, pero ya ves, así de jodida es la vida...-

¿Qué se debe sentir cuando te enteras de que la chica de tus sueños está enamorada de ti pero acaba de morir?

Entonces, el chico recordó aquel momento en el que la extraña mujer de Sevilla le dijo "cuidado con lo que deseas, pues se puede cumplir"

Y fue cierto, se cumplió, Belinda se había enamorado de él, tal y como había deseado, pero ese amor fue el que cavó el hoyo de la tumba de la chica.

Airam sintió que la vida jamás volvería a ser igual, nunca volvería a disfrutar de aquella hermosa sonrisa que parecía provenir del más allá, jamás volvería a contemplar aquellos ojos idénticos a dos estrellas caídas del cielo y luciendo aún su tenue y a la vez deslumbrante luz.
-¡Quiero morirme ahora mismo, quiero estar contigo, Belinda mía!-

Pero dicen que el amor nunca es eterno, y en este caso no lo fue. Tres años más tarde, Airam conoció a una hermosa mujer que un año después se convertiría en su esposa, en el amor de su vida.

Promesas, alegrías, amor...la vida de Airam volvía a tener sentido, y esta vez parecía ser para siempre.

Dos meses después, una trágica coincidencia hizo que Airam se encontrase en la calle justo en el momento en que un coche realizó un adelantamiento imprudente, el coche que venía por el otro lado de la vía no tuvo más remedio que dar un volantazo y subir la acera para no chocar, afortunadamente, los automóviles no chocaron, pero por desgracia, al salir de la vía, el coche atropelló fuertemente a Airam.

Al día siguiente de este suceso, Airam despertó del coma en el que estaba desde entonces. Allí, junto a él, estaba su mujer, la cual no se había percatado aún de que su marido había habierto los ojos.

-¡Oh, Dios mío! ¿Por qué nos haces esto? Ahora que mi pobre marido estaba empezando a ser plenamente feliz. Ojalá estubiese yo en esa calle ese día, cuánto deseo ser yo la que esté en esta cama...-

En ese momento Airam comenzó a dar sollozos, como intentando decir algo, Ana, su mujer, llamó a los médicos y estos le desintubaron. Pero Airam no resistió y se fue para siempre a donde había deseado tiempo atrás, con su amada Belinda.

-Ten cuidado con lo que deseas, se puede cumplir-

Fueron sus últimas palabras.






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Con esta historia sólo he querido expresar que a veces creemos que un fracaso amoroso es el fin de nuestra vida, nos encerramos en lo que sentimos y creemos que nunca podremos desecharlo, pero no es así, el amor puede irse igual que viene, sólo tenemos que creer en nosotros mismos y tener fuerza de voluntad para superar los golpes de la vida.

Espero que os haya gustado.



Hasta la próxima.